La habitación estaba tenuemente iluminada por el reloj, Laura se había despertado hacía unos minutos pero no podía moverse. Una fuerza la retenía sobre el colchón y apenas podía respirar. Su corazón palpitaba cada vez más rápido y unas frías lágrimas se paseaban desde sus ojos hasta sus mejillas. La sombra gris permanecía erguida alSigue leyendo ««LA SOMBRA» ©»