Familias separadas, centros de reeducación para jóvenes que debían ser el futuro, adultos exterminados sin ningún miramiento si se negaban a adaptarse. Las guerras de hoy no son ni serán en trincheras, no caerán bombas desde el cielo, la que nosotros vivimos fue la primera y las víctimas, los propios ciudadanos. El Consejo y su Policía eran un enemigo cruel que sembró el caos tan rápido y de una forma tan planificada que cuando nos dimos cuenta ya no pudimos hacer nada….
…entonces lloré, lloré de felicidad. No sabía si lo íbamos a conseguir o no, pero sin luchar no íbamos a terminar con aquella injusticia que nos enterraba en vida. Estaba orgulloso de mis padres, porque detrás de toda aquella idea de rebelarse, estaban ellos, para bien o para mal.