El sonido de las olas me despierta, y en silencio para no molestar a los demás bajo las escaleras de la casa que me llevan a la playa. Paseo por la orilla mojándome los pies, el agua está un poco fría, pero me gusta.
Hace una semana el móvil colocado sobre mi mesita de noche me despertaba con su horrible pitido para recordarme que la rutina diaria empezaba una vez más. Ducha, desayunos, mochilas, camas por hacer, la compra del día, escoba para barrer, fregona para limpiar, una montaña interminable de ropa para planchar y entre esas imprescindibles tareas aún me quedaba un poquito de tiempo para pensar ¿qué he hecho con mi vida? Una carrera universitaria inacabada, un matrimonio demasiado precoz, unos hijos que llegaron demasiado rápido. ¿En qué momento se perdió la niña que corría en bicicleta sin miedo a caerse, la que saltaba de la roca más difícil al mar sin ser consciente de que ponía en riesgo su vida?
Ahora veo esa roca y envidio lo valiente y libre que era. Camino hacia ella y mientras subo por las piedras que me cortan los pies descalzos recuerdo mi sueño de venir a vivir aquí, pero con el trabajo y los colegios sólo me quedan unos días en verano, el resto del año la casa está cerrada, muerta.
Era uno de los sueños de adolescente ingenua de los que ya no queda nada, sólo la casa que sigue igual, con sus viejas paredes encaladas llenas de historias que se perderán cuando ya no esté.
No recuerdo la última vez que vi aquí la llegada de la primavera, el maravilloso e indescriptible paisaje del verde de las chumberas mezclado con el amarillo de la tierra, esa tierra seca pero tan llena de vida.
Mi mente se pierde en viejas imágenes mientras llego al borde de la roca y veo como las olas golpean suavemente. Con el único sonido del mar como compañía pienso en saltar una vez más para volver a ser la niña que vivía sin miedo a vivir, sin miedo a nada. ¿Por qué no?
© en Safe Creative
…saltá, Margarita..!
Recuperá a esa niñita valiente, mientras puedas.
Nunca es tarde.
(…hermosamente CIERTO el texto, gracias por compartirlo, seguramente hay muchos que lo han sentido sin poder expresarlo tan elocuentemente como vos lo hiciste.
Un fuerte abrazo..!)
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Gracias! Me alegro que te haya gustado pero la protagonista no soy yo :). Es ficción
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…muy verosímil y «convincente» tu ficción, Margarita..! Te felicito..!
Un abrazo..! 🙂
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Muchas gracias!
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